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Aprende con el experto: ¿Qué es la fatiga pandémica?

Aprende con el experto

Dr Almendros

 

 

 

Por el Dr. Miguel Martín Almendros
Médico de atención primaria

Este nuevo término ha sido acuñado por la OMS en el mes de noviembre del 2020 y se considera una respuesta natural a la pandemia que seguimos viviendo. Definida como una “reacción de agotamiento frente a una adversidad mantenida y no resuelta”, sus síntomas son la sensación de hastío, apatía y desconfianza lo que puede llevar a la población a reducir las medidas de protección y seguridad frente al coronavirus.

Las señales que vemos en las consultas de Atención Primaria y nos hacen pensar en la fatiga pandémica es una falta de interés, decaimiento, cansancio, agobio por la rutina impuesta y, sobre todo, sensación de desesperanza, soledad, estrés y ansiedad, que, en personas más predispuestas puede llegar a depresión. De hecho, las últimas valoraciones en la sociedad española nos hablan de que el 40% de los españoles tienen síntomas moderados o graves de depresión, ansiedad o estrés.

 

Esta situación emocional entraña un grave peligro ya que puede tener una incidencia directa en la disminución de la respuesta del sistema inmunitario, es decir una bajada de las defensas. Una situación nada aconsejable ya que la respuesta inmune marca un factor diferencial frente a la infección del COVID19.

 

La fatiga pandémica también conlleva síntomas como pueden ser dificultad de concentración, cefaleas, sudoración, temblores, problemas gastrointestinales, taquicardias e insomnio entre otros. Estas situaciones añadidas, ocasionadas por un estrés mantenido en el tiempo o una situación de ansiedad, acaban empeorando tanto el estado anímico como el sistema inmunitario, actuando como una “bola de nieve” que cae por una pendiente, cada día que pasa se convierte en un problema más grande y de mayores implicaciones.

Es importante intentar frenar esta deriva, primero con un apoyo al sistema inmunitario con plantas como equinácea o productos como el propóleo y la jalera real o estimular las defensas desde el correcto equilibrio de la microbiota usando pre y probióticos.

Y, por último, tenemos la opción de actuar directamente sobre el estrés y ansiedad con plantas adaptógenas como la rhodiola o sobre el insomnio provocado por esta descompensación con plantas como la valeriana, pasiflora y amapola de california que, asociadas a la melatonina, de liberación progresiva.

Antes de acudir a fármacos de síntesis abogo por sondear tratamientos con gran solidez científica, con resultados contrastados en estas situaciones descritas, que nos van a permitir, en la mayoría de los casos, revertir los síntomas y restablecer de nuevo el equilibrio perdido.

#Laeficacianatural