
Con el verano a la vuelta de la esquina, ya comenzamos a imaginarnos tumbados relajadamente bajo el sol para conseguir un bronceado perfecto. Sin embargo, para lograr ese tono dorado y uniforme que tanto deseamos no basta con tomar el sol, tenemos que preparar la piel con antelación. Así evitaremos tanto las peligrosas quemaduras como esas manchas tan antiestéticas.
¿Cómo preparar tu piel para tomar el sol de manera segura?
Comienza exfoliando tu piel
¿Sabías que las células nuevas reemplazan a las células muertas de la piel cada 28 días? Sin embargo, en ese proceso de exfoliación natural algunas células no se desprenden por completo, sino que forman una capa de tejido muerto sobre la piel que obstaculiza el paso de los rayos solares y termina generando manchas o imperfecciones.
Por eso, si quieres un bronceado perfecto debes comenzar con una buena exfoliación que elimine las impurezas y las células muertas aproximadamente tres días antes de tomar el sol. La exfoliación no solo proporciona un extra de brillo y luminosidad a tu piel, sino que facilita un bronceado más intenso y uniforme ya que los rayos del sol pueden llegar hasta las células nuevas, que conservarán su color hasta que sean reemplazadas.
Elige la fórmula fotoprotectora adecuada
Tomar el sol es beneficioso porque estimula la producción de vitamina D, la cual es fundamental para fortalecer los huesos y el sistema inmunitario. Sin embargo, la exposición repetida y excesiva a los rayos UVA y UVB puede dañar la piel. Por esa razón es importante que limites tu exposición usando un protector solar.
Los bronceadores solares mantienen la piel humectada para facilitar un bronceado uniforme, pero suelen tener un FPS bajo que permite la entrada de los rayos UVB. Aunque estos son menos peligrosos que los rayos UVA, no son inocuos. Es cierto que los rayos UVB inflaman la piel y causan las quemaduras solares, pero como los rayos UVA penetran más profundamente pueden dañar el tejido conectivo provocando el envejecimiento prematuro y las arrugas. Además, a largo plazo la exposición prolongada a ambos tipos de radiación aumenta el riesgo de sufrir cáncer de piel.
Los protectores solares, en cambio, te protegen mejor del sol y las quemaduras. De hecho, son la opción más segura para broncear la piel y a la vez protegerla. Solo debes asegurarte de usar un protector solar de calidad y de amplio espectro que sea adecuado para tu tipo de piel.
No olvides la hidratación
Una buena hidratación antes, durante y después de tomar el sol es fundamental para mantener tu piel sana. Esta revitaliza y refuerza los mecanismos de defensa naturales de la piel, manteniéndola más protegida de los efectos nocivos de los rayos solares. Si hidratas bien tu piel podrás lograr un tono de bronceado más uniforme, evitarás las típicas manchas del verano y prevendrás la aparición de nuevas arrugas.
En verano puedes usar una crema hidratante con ceramidas. Las ceramidas se concentran en la parte más externa de la piel para hidratarla y protegerla. Investigadores franceses han comprobado que las ceramidas son eficaces para contrarrestar la sequedad de la piel, por lo que puedes incluirlas en tu rutina de cuidado de la piel en verano. Y no olvides hidratar tu piel también desde dentro. Bebe agua con frecuencia para compensar la pérdida de líquidos que se produce a través del sudor. ¡Tu piel te lo agradecerá!
Protege tu piel desde el interior
Aunque te apliques bien el protector solar, siempre hay zonas que quedan desprotegidas, como el cuero cabelludo, la nuca, las orejas y los párpados. Además, la acción del agua del mar o la piscina, así como el propio sudor, van eliminando la crema solar. Por eso, si quieres proteger mejor tu piel del sol y prepararla para el bronceado, lo ideal es que complementes el protector solar con un fotoprotector oral.
Los fotoprotectores orales son complementos alimenticios diseñados para proteger la piel de los efectos nocivos del sol desde dentro. Tras la exposición solar, las células sufren una serie de cambios conocidos como “estrés oxidativo” que pueden afectar su funcionamiento. Los fotoprotectores orales contienen agentes antioxidantes capaces de neutralizar y eliminar los radicales libres que producen ese estrés oxidativo. Además, se ha comprobado que ejercen una acción inmunofotoprotectora que salvaguarda las defensas de la piel y protege el ADN.
Arkosol intensivo es un fotoprotector oral cuya fórmula reforzada y más concentrada en activos cuenta con un complejo de carotenoides 100% de origen vegetal. Los carotenoides son pigmentos orgánicos que ayudan a prevenir las quemaduras solares en personas con piel sensible y limitan el daño que producen los rayos UV ya que protegen de la oxidación. También favorecen la regeneración de la piel, reducen los signos del envejecimiento prematuro y facilitan el bronceado, según un estudio realizado en la Universidad de Newcastle.
Arkosol intensivo contiene además 9 activos de origen vegetal, así como selenio y cobre, para proteger tu piel del sol y potenciar el bronceado. El selenio y la vitamina E protegen las células del daño oxidativo mientras que el cobre facilita la pigmentación natural de la piel potenciando el bronceado. Lo ideal es que comiences a consumir Arkosol intensivo antes exponerte al sol para que tu organismo vaya asimilando sus valiosos nutrientes. Tendrás que tomar una cápsula al día, acompañada de alimento, como mínimo 15 días antes, durante y después de la exposición al sol o a los rayos UV artificiales.
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