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El estrés y las plantas adaptógenas

Adaptación de las plantas a la fisiología humana

El concepto de «adaptógeno» se inscribe históricamente en el conjunto de trabajos de Hans Selye sobre la fisiología del estrés, realizados a partir de mediados de los años 1930. El adaptógeno debe permitir aumentar la resistencia general del organismo con el fin de contrarrestar los nefastos efectos del estrés prolongado, que llevan a una fase de agotamiento.

Los beneficios buscados son la reducción de las reacciones fisiológicas y psicológicas al estrés en la fase inicial de alarma (efecto antialarma) así como el retraso o la supresión de la entrada en la fase de agotamiento. Por tanto, ¿qué representa la palabra «estrés», tan presente en nuestro mundo actual? ¿Cuál es el modelo elaborado por Hans Selye?

Hans SELYE, padre del concepto del estrés

Hans Selye, nacido en Viena en 1907 y muerto en Montréal en 1982, es fundador del Instituto de medicina y cirugía experimental de la universidad McGill en Montréal, que dirige de 1945 a 1976.

Creador de la teoría del estrés, introduce el término en medicina en 1936 y publicará en 1956 una obra importante «El estrés de la vida». En sus experimentos en ratas, Selye demostró muy rápidamente que distintas influencias nocivas como el frío, el calor, el ruido, los agentes químicos, etc. inducen la misma respuesta fisiológica «no específica» del organismo (ulceración del estómago y del colon, atrofia del tejido del sistema inmunitario, aumento de la masa suprarrenal) que denominó «estrés» [Selye, 1950].

Por tanto, el estrés es una respuesta no específica del cuerpo a cualquier demanda que se le pide, independientemente de la naturaleza del estímulo, con cambios bioquímicos idénticos, destinados a afrontar cualquier demanda adicional impuesta al cuerpo humano.

Esta respuesta fisiológica pretende mantener lo que los biólogos denominan un estado de equilibrio u homeostasia, es decir, la constancia o la estabilidad de los parámetros del organismo, como la temperatura corporal, la concentración de glucosa, etc... Sin embargo, el estrés prolongado puede provocar manifestaciones psicológicas y fisiológicas.

Modelo de Hans SELYE 

Este modelo, denominado «síndrome general de adaptación», distingue tres fases que se comparan con un nivel de resistencia normal del organismo:

Fase de alarma
Tiempo de preparación, movilización de recursos para afrontar el estrés (fase por debajo del nivel de resistencia normal, posteriormente por encima) ;

Fase de resistencia
Utilización de los recursos (fase por encima del nivel de resistencia normal) ;

Fase de agotamiento
Aparición de distintos problemas somáticos (fase de disminución del nivel de resistencia de la fase anterior, también denominado «burn-out»).

Si la magnitud del acontecimiento estresante no supera la capacidad de respuesta normal, el organismo no sufrirá consecuencias. Sin embargo, si los recursos de este organismo son insuficientes, si no puede hacer frente a la cantidad de estrés que debe gestionar, pueden aparecer problemas de todo tipo. El organismo entra entonces en un círculo vicioso, el sistema de adaptación se agota y las consecuencias del estrés son cada vez más perjudiciales. Existen criterios que permiten determinar si una persona ha alcanzado o no la fase de los daños. En primer lugar aparece la irritabilidad, luego aparece el insomnio, el dolor de cabeza, la dificultad para concentrarse, problemas de memoria, etc.

Fisiología del estrés y de la adaptación

El sistema de respuesta al estrés (o respuesta no específica adaptativa), cuya función es la adaptación a una situación evaluada como de exigencia adicional, tiene como fin proteger al organismo (mecanismo de defensa).

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La regulación de la adaptación al estrés pone en marcha el «stress system» en el que intervienen :

  • el sistema nervioso (central y autónomo)
  • el sistema neuroendocrino
  • el sistema inmunitario no específico (sistemas enzimáticos, citoquinas no específicas, sistema del complemento y células NK).

Están presentes dos mecanismos principales en la respuesta no específica adaptativa del «stress system» (sistemas nervioso y neuroendocrino) y desempeñan un papel primordial en las reacciones del organismo al estrés continuado y en la adaptación, equilibrando la liberación de adrenalina y de corticosteroides (glucocorticoides) :

Un mecanismo presente en la fase de alarma

que implica una doble activación por el hipotálamo del eje del estrés: periférica a través del sistema nervioso autónomo simpático y central a través del locus coeruleus con estimulación de las regiones límbicas y prefrontales;

Un mecanismo presente en la frase de resistencia

que implica el eje hipotalamo-hipofisario-suprorrenal o eje corticotropo, con liberación de glucocorticoides (cortisol en el hombre).

Las funciones principales de las catecolaminas y de los glucocorticoides son por un lado efectos estimulantes cardiovasculares (aumento de la frecuencia cardiaca, de la presión arterial y de la concentración de glucosa en sangre) y, por otra, une movilización de las fuentes de energía necesarias para los esfuerzos musculares (glucogenolisis, lipólisis) así como una actividad antiinflamatoria e inmunosupresora.

Modo de acción de las plantas adaptógenas

La particularidad del efecto de las plantas adaptógenas es que su efecto protector frente al estrés no es el resultado de una inhibición (acción antagonista) sino el de una estimulación «suave» (acción agonista) del stress-system (complejo neuroendocrino e inmunitario) que favorece un efecto protector frente al estrés continuado.

Este efecto de los adaptógenos es análogo al producido por el ejercicio físico continuado, que provoca un estado de resistencia no específico, con una mejor resistencia en condiciones extremas. Actúan en el organismo a distintos niveles de la regulación de la adaptación a los factores de estrés, activando receptores comunes. No obstante, según los datos de la literatura, los efectos de las plantas adaptógenas están asociados principalmente al mecanismo endocrino que hace intervenir al eje corticotropo. [Panossian 2003, Panossian 1999a, Panossian 1999b, Panossian 2010, Panossian 2011, Wagner 1994].

Las plantas adaptógenas pueden definirse por tanto como factores de estrés «suave» que reducen la reactividad de los sistemas de defensa del organismo y que reducen los efectos nefastos de distintos factores de agresión debido al aumento del nivel basal de los mediadores implicados en la respuesta al estrés. Es una reducción de la respuesta del «stress-system» del organismo.

EFECTOS DE LA PLANTAS ADAPTÓGENAS

Los efectos de los adaptógenos son por tanto la reducción de las reacciones de estrés en la fase de alarma mediante la reducción de la sensibilidad del «stress-system» y la prolongación de la fase de resistencia no específica de respuesta al estrés.

Didier GUÉDON, Experto del Comité francés de la Farmacopea

 

 


Bibliografía :

Panossian A, Gabrielian E, Wagner H. On the mechanism of action of plant adaptogens with particular references on cucurbitacin R diglucoside. Phytomedicine 1999a;6:147-55.
Panossian AG, Oganessian AS, Ambartsumian M, Gabrielian ES, Wagner H, Wilkman G. Effects on heavy physical exercise and adaptogens on nitric content in human saliva. Phytomedicine 1999b;6:17-26.
Panossian AG. Adaptogens, tonic herbs for fatigue and stress. Alt Complement Ther 2003: 327-31.
Panossian A, Wikman G. Effects of adaptogens on the central nervous system and the molecular mechanisms associated with their stress—protective activity. Pharmaceuticals. 2010;3:188-224.
Panossian A, Wagner H. Adaptogens: a review of their history, biological activity and clinical benefits. HerbalGram 2011 (90):52-63.
Selye H. Stress. Acta Medical Publisher. Montreal, Quebec, Canada, 1950.
Wagner H, Nörr H, Winterhoff H. Plant adaptogens. Phytomedicine 1994;1:63-76.